Apoyo integral al paciente

Proporcionar a los pacientes tratamiento, rehabilitación y apoyo multidisciplinario en la comodidad del hogar es lo que busca entregar el equipo de Hospitalización Domiciliaria de nuestro establecimiento.

Este grupo, conformado íntegramente por mujeres, visita a pacientes que han sido dados de alta de nuestro establecimiento, pero que por sus dificultades funcionales y clínicas no están completamente listos para ser derivados a la Atención Primaria. Estos pacientes con domicilio en las comunas de Peñalolén y Macul, deben contar con apoyo familiar que les permita hacerse cargo de sus cuidados en la ausencia del equipo clínico, por lo que, además, necesitan vivir en un ambiente y condiciones de higiene y confort que les permita una rápida recuperación.

El equipo está integrado por una médica, enfermeras, Tens y kinesiólogas que -de manera integral- entregan cariño, soporte y salud a cada uno de sus pacientes.

Recuperación de cuerpo y alma

Pedro estuvo casi 5 meses hospitalizado. Los primeros días de mayo comenzó a sentirse mal, con tos, fiebre y dificultad respiratoria, consultó en su SAPU, desde donde lo derivaron a nuestra urgencia. Confirmaron su sospecha, se había contagiado con COVID-19, el virus mortal que para ese tiempo ya había cobrado la vida de cientos de compatriotas.

Por su condición clínica tuvo que ser conectado a ventilación mecánica, permaneció intubado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) por un mes. “Estuve en coma mucho tiempo, sin saber nada. Cuando desperté me sentí bajoneado por todo lo que había pasado”. Para Pedro no fue fácil su hospitalización. Por causa de la pandemia no pudo ser visitado ni acompañado en estos difíciles momentos, como muchos de los pacientes, solo tenía el apoyo del personal de turno y las videollamadas, que, ante la carga laboral, eran escasas. Afortunadamente, su fortaleza lo ayudó a salir adelante y vencer el coronavirus. Finalmente, dada la buena evolución y los deseos del paciente los médicos deciden darlo de alta con hospitalización domiciliaria para continuar su rehabilitación y tratamiento junto a los suyos. Ya instalado en su casa, sonriente y acompañado de su familia nos recibe en el living. Saluda a cada una de las integrantes del equipo por su nombre. Ha pasado más de un mes y todos los días, gracias a su perseverancia avanza en su rehabilitación. Llama cariñosamente “Carlita” a la kinesióloga que lo asiste con una banda elástica para fortalecer la musculatura de su brazo izquierdo. Ya se incorpora solo, se para, puede dar un par de pasos, la independencia es fundamental para él. Pedro se confiesa: “Me siento contento, muy alegre, saliendo de todo esto, aunque me ha dejado unas secuelas, pero ahí voy, avanzando”.

Cuidado personalizado

La hospitalización domiciliaria está dirigida a pacientes con dependencia moderada a severa, en condiciones de poder recibir tratamiento una vez al día de antibiótico, controlar dosis de insulina o ajuste de tratamiento anticoagulante. El equipo de enfermería cumple un papel importante en el manejo de las heridas por presión, tan comunes en pacientes postrados o con movilidad reducida. Ellas realizan curaciones avanzadas que aún no pueden ser resueltas por el consultorio. Además, educan y orientan a los familiares en la higiene y cuidado de estas erosiones cutáneas. Jennifer Lagos, la enfermera coordinadora de esta unidad, indica que ellas se preocupan “de entregar la atención continuada, de estar pendientes de sus necesidades tanto médicas como biológicas, de rehabilitación y enfermería”. Pero no menciona el cariño y la preocupación que le entregan a cada uno de sus pacientes.

Diariamente son cerca de una decena de hogares los que visitan, ahí los reciben con los brazos abiertos, pues saben que gracias a los cuidados personalizados que ellas entregan sus seres queridos se recuperaran y pueden, definitivamente, ser dados de alta.