Primer paciente chileno recibe tratamiento intramuscular para VIH en nuestro hospital

En Chile, el tratamiento para combatir el VIH es vía oral. Sin embargo, y gracias a la gestión de nuestro establecimiento, Raúl Lobos, pudo recibirla de manera intramuscular dada la tuberculosis intestinal que padecía.

Raúl Lobos (51) llegó al CESFAM de El Monte, en febrero de este año. Sus condiciones de salud eran complejas: pesaba solo 40 kilos, tenía mucha tos y diarrea, y evidenciaba un prolongado consumo de drogas, del que –eso sí- ya estaba intentando hacerse cargo, pues llevaba 3 meses en el centro de rehabilitación en la comuna del El Monte.

En el lugar se le realizó un estudio de TBC (tuberculosis), el cual dio positivo, razón por la cual se comenzó con lo habitual: terapia oral. Sin embargo, esta fue muy mal tolerada por lo que fue trasladado a nuestro centro para su manejo.

En el HSOriente

Pero el diagnóstico de Raúl Lobos era menos esperanzador: la tuberculosis no solo estaba en sus pulmones sino también en sus intestinos. “En estas condiciones, los medicamentos orales para esta enfermedad no eran absorbidos, al igual que la comida, por lo que se le tuvo que administrar todo de forma endovenoso (alimentación y terapia)”, explica la Dra. Hilda Hernández, médica internista de nuestro hospital.

Dra. Hilda Hernández, médica internista de nuestro hospital.

A todo lo anterior, se sumó su VIH (+), el que en nuestro país es tratado solo de manera oral, cosa imposible para Raúl. “Se consultó el caso a la jefa nacional del programa de VIH, y dada la situación, la única posibilidad de tratar esta enfermedad era comprando el medicamento que se está usando en EE.UU. que se administra de manera intramuscular. La buena noticia fue que nos autorizaron el uso y el hospital lo compró, iniciando rápidamente su tratamiento”, cuenta la doctora.

“El medicamento se llama Cabotegravir + rilpivirina y el MINSAL lo autorizó para 2 pacientes, uno de la Red Central y el otro de nuestra red, y gracias a las gestiones de todos los equipos del HSOriente, lo obtuvimos primero. La acción de estos medicamentos consiste en disminuir la cantidad de VIH en la sangre, y si bien no lo cura, pueden reducir su posibilidad de desarrollar el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) y enfermedades relacionadas con el VIH, como infecciones graves o cáncer”, asegura la Dra. Hernández.

Hoy, Raúl Lobos está a cargo del servicio de medicina interna, pero es manejado en forma multidisciplinaria por los equipos de Infectología y Nutrición: “Entre todos y todas lo hemos sacado adelante. Actualmente pesa 54 kilos y sigue mejorando día a día, comprometido él y su familia en su recuperación”, finaliza la doctora.