En nuestra Neonatología, donde la esperanza se teje entre el suave pitido de los monitores y el murmullo de las matronas, se desarrollan historias de valentía y amor inquebrantable. Hablamos con madres que tienen a sus guaguas en esta área del hospital, quienes nos contaron cómo ha sido su experiencia y cómo celebran este particular Día de la Niñez.
En la maternidad, a menudo imaginamos llevar a nuestros bebés a casa en brazos después de dar a luz. Pero para algunas mujeres, ese viaje es interrumpido por la prematuridad.
En este espacio, conversamos con cuatro madres cuyo viaje hacia la maternidad comenzó antes de lo esperado, celebrando por primera vez el Día de la Niñez en nuestra Unidad de Neonatología.
Un Trayecto Inimaginable
Danitza Fuentes tuvo a su guagua a las 27 semanas de gestación y lleva 3 meses viniendo a diario a nuestra Neo a alimentarla y generar ese vínculo tan necesario entre madre e hij@. “Nunca imaginé esta situación. Cuando estaba embarazada siempre pensé en esperar los 9 meses, tenerlo y a los tres días irnos a la casa… ese siempre fue mi plan”, cuenta. Y continúa: “Fue difícil que me dijeran que mi hijo iba a nacer a las 27 semanas. Es riesgoso, es complicado, no se sabe si un bebé puede sobrevivir o no con ese desarrollo… Sí, fue difícil el primer día estar en la sala de recuperación con todas las mamitas, con sus bebés y el mío luchando por su vida… súper terrible. No se lo doy a nadie, en realidad”.

Confiesa haber venido todos los días, desde que nació su guagua, a cuidarla y estrechar lazos. Llega muy temprano y no se va hasta que se duerme, en la noche: “Pero me voy tranquila porque sé que está en buenas manos”.
¿Cómo celebraste este Día de la Niñez?
De manera distinta, con una guagua prematura extrema que ha superado muchísimas barreras. Estuve aquí todo el día, y feliz de estar a su lado.
Un Día Fuera de lo Común

Natalia Torres, madre de Mía, una pequeña que nació prematuramente a las 34 semanas y 6 días, comparte su experiencia con una franqueza conmovedora. Mía tuvo que quedarse en la Unidad de Neonatología para completar su desarrollo pulmonar y aprender habilidades esenciales. Natalia relata cómo esta situación fue un golpe inesperado después de un primer embarazo sin complicaciones. «Este Día de la Niñez fue diferente y un poco agridulce, ya que mi otra hija quería celebrarlo con su hermana», confiesa.
Una Trayectoria de Fortaleza
Argentina Salazar, madre de cuatro hijos, comparte la historia de su cuarta guagua, Antonella, que nació prematuramente a las 28 semanas debido a complicaciones médicas. A pesar de los desafíos, Argentina transmite una resiliencia admirable. «Fue una situación complicada», admitió, pero relata cómo Antonella está progresando en la Unidad de Neonatología, convirtiéndose en su guerrera personal.

“Me sentí un poco triste de no estar con ella en casa para este Día de la Niñez, pero tengo la tranquilidad que está muy bien cuidada aquí. Además, ha superado muchas situaciones adversas y está saliendo adelante; han sido tres meses complicados pero ya está bien… está más grande y activa, y muy luego me la podrá llevar, si Dios quiere”, explica.
«Una Fuente de Tranquilidad»
Mariela Vallejos, madre de Lucía, comparte su primera experiencia en la Unidad de Neonatología con gratitud por la atención excepcional que ha recibido. Aunque este proceso ha sido estresante, Mariela destaca el apoyo y la dedicación del equipo médico. Lucía, su tercera guagua, y aunque este Día de la Niñez fue diferente, Mariela se siente tranquila sabiendo que está en las mejores manos. “Este proceso ha sido estresante para mí, pero todas las personas de la Neo han sido muy buenas. Siempre atentas a las necesidades de Lucía, a mis preguntas y angustias… nada que decir, ha sido la mejor atención que pudimos haber tenido”.

En cada una de estas historias, encontramos resiliencia, amor inquebrantable y la fuerza inigualable de las madres que luchan junto a sus bebés prematuros en la Unidad de Neonatología. En este espacio, la maternidad se redefine y florece de formas sorprendentes.