Según establece la Organización Mundial de la Salud, la tasa de cesáreas ideal de un país es entre un 15% y un 20%. En el nuestro, el 2017 esta tasa fue de 53% ubicándonos como la segunda nación de la OCDE con más partos por cesárea.
En Chile, se realizan más cesáreas que partos vaginales: más de la mitad de los nacimientos son por esta vía, cifras que en las clínicas privadas llegan casi al 70%.

La manera natural de traer al mundo a una guagua a través de la vagina, para lo cual debe existir una dilatación del orificio para dar a luz, proceso en el que se puede o no utilizar anestesia (epidural), la que bloquea cualquier dolor de la parte inferior del cuerpo. No afecta el trabajo de parto ni aumenta las posibilidades de un parto por cesárea. Así mismo lo asegura el Dr. Víctor Córdova, jefe del Servicio de Gíneco-obstétrico de nuestro hospital: “Es importantísimo dejar en claro que la madre y el bebé no se benefician de esta práctica a menos que sea una indicación médica. Desde la perspectiva de la Ley 20.584, que regula los derechos y deberes de los pacientes, es posible programar una cesárea a solicitud materna, siempre que el médico informe adecuadamente los riesgos que esto conlleva. Hay países que tienen 4-18% de cesáreas de este tipo, lo cual acarrea consecuencias negativas a corto y largo plazo”, explica.
Ahora bien, cuando un parto vaginal no es viable, ya sea por condiciones de salud de la madre o la guagua, una cesárea se hace imprescindible, aunque eso signifique algún grado de riesgo: “La operación cesárea tiene un riesgo aumentado de complicaciones para la madre. Mayor cantidad de hemorragias en el parto, mayor necesidad de efectuar histerectomía obstétrica (extirpación del útero), más riesgo de infecciones de herida operatoria e incluso cuatro veces más riesgo de fallecer en el parto. Para el bebé implica mayor riesgo de hospitalización por problemas respiratorios. En definitiva, se asocia a más eventos adversos. Por esa razón, la cesárea debe realizarse en casos puntuales, cuando se anticipe un problema específico en la madre o en el bebé”, explica el doctor.
Realidad local e internacional
En el 2021, tuvimos la tasa más alta de cesáreas en la historia de nuestro servicio, situación que puede haberse dado producto del impacto de la pandemia. Ese mismo año, el ministerio de salud elaboró una norma técnica para el monitoreo y vigilancia de la indicación de cesárea que esperemos logre controlar este excesivo aumento. “Nuestro objetivo como hospital es dar la mejor oportunidad de atención a nuestras embarazadas y sus bebés, y eso necesariamente va de la mano de favorecer el parto normal y respetado”, finaliza el profesional.