Espina Bífida, ¿cómo evitarla?

Este defecto congénito, cuyo día se conmemoró el pasado 21 de noviembre, se desarrolla en las primeras semanas de embarazo e impacta la columna vertebral, provocando daños en la médula espinal y el sistema nervioso del bebé.

La mayoría de los niños con espina bífida no puede mover las piernas (tiene parálisis) y no tiene control de los intestinos o la vejiga. Y aunque no existe una causa específica para este defecto congénito pues se trata de una combinación de factores genéticos, nutricionales y ambientales, hay algunas medidas que se deben tomar: “Sabemos que hay más riesgo si es que la madre del bebé o sus hermanos tienen antecedente de espina bífida. También hay medicamentos que aumentan el riesgo, como el ácido valproico, que se usa para la epilepsia. La obesidad y la diabetes materna también aumentan el riesgo”, explicó la Dra. Paula Sepúlveda, Neonatóloga del HSO.

Dra. Paula Sepúlveda, Neonatóloga del HSO.

Una de las medidas que se pueden tomar para disminuir las posibilidades de que aparezca es planificar el embarazo, especialmente en mujeres diagnosticadas con diabetes o epilepsia. De esta forma es posible lograr un control de la enfermedad y ajustar medicamentos.

“Otra medida que ha mostrado impacto es la suplementación con ácido fólico (4 mg al día) en aquellas mujeres que tienen factores de riesgo, como antecedentes personales de espina bífida o hijos con la enfermedad. Pero esto debe comenzar al menos 2 meses antes del embarazo, ya que el cierre del tubo neural se produce en forma muy precoz, durante el primer mes”, añadió la Dra. Sepúlveda.

En Chile la tasa de incidencia ha disminuido mucho (4 por cada 10.000 recién nacidos, con peso igual o mayor a 500 gramos). La profesional explicó una de las razones de esta baja de casos: “Desde el año 2000 comenzó la fortificación obligatoria de la harina de trigo con ácido fólico, con el objetivo de disminuir la aparición de defectos del tubo neural. Esto disminuyó en un 50%  la aparición de esta enfermedad”, finalizó.