Embarazo y VIH, panorama mundial

Actualmente, existen 37 millones de casos de infección por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) en el mundo; de ellos, 15 millones corresponden a mujeres en edad fértil. Además, cada semana, alrededor de 5.000 mujeres jóvenes, de entre 15 y 24 años, contraen la infección por el VIH.

El COVID-19 ilustró la vulnerabilidad que viven las mujeres con VIH, ya que en muchos países y comunidades, la repentina interrupción de los servicios de prevención y tratamiento, tuvo importantes consecuencias negativas para las más marginadas, como la pérdida de sus medios de  subsistencia, el aumento de la morbilidad y la mortalidad.

Sin embargo, la marcada reducción del número de bebés recién infectados por el VIH debido a la transmisión vertical del virus de madres a hijos es, sin duda, uno de los mayores logros en materia de salud pública de los últimos años. La cobertura mundial de la terapia antirretroviral entre las mujeres embarazadas, que era del 17% en 2010, alcanzó el 85% en 2020, y es incluso mayor (95%) en África Oriental y Meridional. Hoy día, los programas de salud pública han podido integrar y mantener las pruebas y el tratamiento del VIH para las mujeres embarazadas en todos los niveles de los servicios de salud, especialmente en los de atención primaria y prenatal.

Embarazo y VIH

Hoy, el VIH es una enfermedad crónica más. Por esa razón, una mujer puede quedar embarazada teniéndola; la única precaución es mantenerla controlada: “Solo los casos no tratados de VIH se relacionan con infertilidad. Estudios epidemiológicos sugieren que las tasas de embarazos en mujeres seropositivas que no han presentado SIDA son comparables con aquellas no infectadas, mientras que las que desarrollaron la enfermedad la probabilidad de embarazarse es bastante menor”, explica el Dr. Jorge Corrales, Jefe de Puerperio del HSO.

Dr. Jorge Corrales, Jefe de Puerperio del HSO.

En cuanto a los riesgos del VIH en el embarazo, el doctor nos explicó que el principal de ellos, y el que todas las organizaciones de salud han tratado de disminuir, “es la transmisión vertical (TV) natural del VIH,  que en ausencia de terapia y profilaxis materna, puede producirse en un 14-25% de los casos”, y complementa: “Otros riesgos pueden ser las complicaciones gineco-obstétricas, como mayor susceptibilidad a infecciones de transmisión sexual, subfertilidad, aborto, parto prematuro, rotura prematura de membranas, preeclampsia, retraso de crecimiento intrauterino (CIR) y muerte fetal intraútero”.

En cuanto a las parejas serodiscordantes, en las que solo un miembro es portador del VIH, pueden convertirse en padres tanto de forma natural como con técnicas de reproducción asistida.

Para poder intentar el embarazo natural con VIH, es necesario que se cumplan los siguientes requisitos:

  • La carga viral de la persona afectada debe ser muy baja o indetectable (<50 copias/mL).
  • No tener ninguna otra enfermedad de transmisión sexual.
  • No tener ningún problema de fertilidad que dificulte el embarazo.
  • Mantener relaciones sexuales sin protección solamente en los días fértiles de la mujer.

“En cuanto  a las técnicas de reproducción asistida tanto la inseminación artificial (IA) como la fecundación in vitro (FIV) son técnicas adecuadas para conseguir un embarazo sin que el hombre y la mujer tengan contacto físico a través de relaciones sexuales. De esta manera, se evita el riesgo de contagio del uno al otro”, explica el Dr. Corrales. Y continúa: “Si el hombre es el portador del VIH, existe riesgo de contagio a través del semen, en caso de mantener relaciones sexuales sin protección con la pareja. En concreto, el VIH no se encuentra en los espermatozoides, sino en la mezcla de fluidos que forman el semen”.