Depresión, causas y síntomas

Sentirse triste o desanimado en algún momento de la vida no es nada grave, sobre todo si ese sentimiento es detonado por algún hecho difícil de sobrellevar, como la muerte de un familiar, una separación, la pérdida de trabajo, etc. Sin embargo, cuando estos síntomas se intensifican, amplían o se mantienen en el tiempo, hay que ponerse en alerta ya que puede, en algunos casos, desembocar en un cuadro depresivo.

Hoy, según la Organización Mundial de la Salud, cerca del 5% de la población mundial padece depresión, siendo “la principal causa mundial de discapacidad y contribuyendo de forma muy importante a la carga mundial general de morbilidad”.

Pero, ¿Qué es? Para saber más de ella entrevistamos a Cristián Cid, psicólogo clínico y parte del equipo de salud mental del Servicio de Salud Metropolitano Oriente que presta servicios a nuestro hospital.

“La depresión se caracteriza por un estado de ánimo depresivo o triste, el cual presenta síntomas como disminución del interés, sentimientos de desesperanza, disminución de la atención, etc. Si estos síntomas se presentan por más de dos semanas, es momento de consultar”, explica el psicólogo. Y continúa: “Si se crees estar pasando por un cuadro depresivo, debes hablar con alguna persona cercana. Es importante saber que por más difícil que sea el problema, siempre hay una salida”, enfatiza Cristián Cid.

¿Cuándo buscar ayuda?

Frente a esta pregunta, el profesional explica que lo primero es entender y aceptar que no es malo sentirse frágil o vulnerable, ya que la idea de ser autosuficiente muchas veces hace que los cuadros se agraven, por eso es necesario tener cuidado con esa no aceptación.

Es importante identificar si aquello que estoy sintiendo, interfiere con mi funcionamiento habitual; es decir, si la sensación de malestar es mayor a la de bienestar y sientes que la situación te ha superado. Ante esto pueden ir apareciendo ciertos síntomas a los que deberías ponerle atención, te mencionamos algunos para que los identifiques:

-Dificultad para disfrutar de tus actividades como lo hacías antes.

-Cambios abruptos en el estado de ánimo (llanto, rabia y ansiedad, entre otras).

-Alteraciones en el sueño o apetito.

-Sentimiento de culpa, inferioridad o baja autoestima.

-Consumo excesivo de alcohol u otras sustancias.

-Preocupación excesiva que no te permite desarrollar tus actividades diarias.

-Confusión y nerviosismo constante.

En nuestro hospital

El Servicio de Salud Metropolitano Oriente ha dispuesto el apoyo psicológico a nuestros  funcionarios y funcionarias. Esto ha sido de gran ayuda para quienes, producto de la carga laboral y el estrés propio de lo que significa trabajar en salud, han requerido de apoyo psicológico.